Día 2: lunes, 09 de diciembre de 2019

Hoy fue un desastre total.

Debo admitir que las cosas habían ido bien hasta hoy en la tarde, en un vago intento de superar la difícil situación económica en la cual estamos sumergido por la situación del país, decidí adentrarme en el mundo del "trading". Empezando con una inversión mínima de 10 $, un dinero que es complicado de conseguir, empecé a explorar las distintas opciones que la plataforma ofrecía para intentar ganar mucho más que mi inversión inicial. Todo iba bien, en unas pocas horas logré transformar los 10 $ en 50 $, como era nuevo en el mercado sentí que lo iba entendiendo cada vez mejor y sumado con las buenas decisiones que iba tomando a lo largo de mis operaciones, lograba observar una ganancia jugosa y sustancial.

Entonces decidí incursionar más, adentrarme más en este mundo y explorar más opciones, desde criptomonedas hasta invertir en materias primas, todo surgía de maravilla; no me quejaba de este hecho, hasta que me percaté que había invertido todo el capital que había obtenido en esas opciones. Al observarlo me percaté que podía salir muy bien esa decisión si el mercado iba en mi favor, lo que jamás consideré es en lo que iba a suceder si se daba el caso contrario.

No había tenido experiencia en las pérdidas que acarrean las malas decisiones en estas inversiones y fue cosa de un instante a otro en dónde comencé a observar como los 50 $ de inversión habían desaparecido de mi mano porque el valor de la criptomoneda donde decidí invertir disminuyó por debajo del 100% de mi inversión, ya que yo había observado esta disminución del precio, vi como muy buena opción la relación de "invertir para ganar más" mis decisiones hubiesen surgido de maravilla si el mercado no se hubiese desplomado y ya mi dinero no valía nada, perdí 50 $ en cuestión de minutos por codicia y falto de experiencia.

La situación me generó un "shock" emocional, no podía aceptar la idea de haberlo perdido todo, al lograr percatarme del increíble potencial que esta plataforma ofrecía me fascinó de inmediato y vi por primera vez la solución a mis problemas. Encontré la luz que brindó algo de esperanza a mi asquerosa vida. De inmediato tuve que reaccionar, la maldita idea de haberlo perdido todo me carcomía por dentro, intentando contener algún posible episodio de ansiedad y sin tratar de perder por completo la calma, mi respuesta fue intentar descansar de los pensamientos nocivos de mi mente.

Tener esperanzas, planes, metas y sueños, suena muy bonito en primera instancia. Sin embargo, siempre te dicen que si quieres algo o sueñas con lograr eso, podrás si te dedicas plenamente a conseguirlo; es más que obvio que sí se puede, pero así no es la vida porque necesitas algo mucho más allá que ganas y motivación al logro, necesitas dinero y suerte. El primero te ayudará en casi todos los obstáculos que te impedirán alcanzar tu meta, el segundo te permitirá cumplir todo sin muchos inconvenientes y con facilidad.

Mis sueños son muy complejos, no son nada fáciles de lograr, y quizás, ni una vida entera será suficiente para poder lograrlos. Pero así es la situación, no los voy a cambiar y siempre los tendré en mente hasta que logre surgir la oportunidad en que pueda emprender para lograrlos.

De momento intentaré sobrevivir y buscar formas de obtener el dinero que necesito para mejorar mi calidad de vida y apostar por mis sueños, mientras tanto espero seguir aprendiendo de mis errores para no volver a cometerlos cuando esté llevando a cabo mis sueños.

Qué irónico, casi pareciera que no tuviese depresión.